Rectitud


UNA CITA CON MI AMADO


El sacrificio de lo impíos es abominación a Jehová; mas la oración de los rectos es su gozo.
(Proverbios 15:8)

Muchas veces por causa de una convicción pobre acerca de quién es Dios, de cómo nos recibe, o de cuánto nos ama; por éstas u otras razones no tomamos la actitud correcta al llegar ante su presencia.
Pero… ¿Sabes qué dice Dios al respecto?

“Acerquémonos, pues confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro” (Hebreos 4:16)

También (Hebreos 10:22) habla de acercarnos a Dios con corazón sincero.

¡Y no hay nada mejor que la sinceridad!
A ello yo le llamo “transparencia e integridad”

Al centrar nuestra atención y examinar qué sucede cuando de corazón sincero le hablamos a Dios, es cuando descubrimos que este tipo de oración le produce gozo, y que de hecho nuestro corazón también se goza al establecerse una íntima comunión.
Dios a mí particularmente no me está pidiendo que cuando me acerque a Él esté exenta de pecado. No, Yo escucho a Dios diciendo:

“Sé cómo vienes a mí. Conozco toda tu vida: Tus preocupaciones, tus temores, tus dudas, tus errores e imperfecciones. ¡Todo lo sé de ti!”
“Me gozo porque eres consciente y estás de acuerdo conmigo al declararme lo que ya sé de antemano”.

“No me podrías decir algo diferente para justificarte, pues en tal caso no llamarías mi atención. Eso sería como ensordecer mis oídos a tu oración. Pero cuando me hablas con sinceridad de corazón, sacas una sonrisa en mi rostro; entonces te hago entender, te dejo sentir mi presencia."
¡”Cuánto me complace que hoy hayas venido a encontrarte conmigo tal como tú eres, tal como te conozco”!

“Te estaba esperando hija mía”. ¡”Yo soy tu Padre”!”

 Un sentido poema de amor me inspiras a tu lado,
Escuchando muy de cerca el latir de tu corazón.
Mientras medito quietamente en lo que me ha pasado,
Cierro mis ojos ahora mismo y hago esta oración:
 
“Señor, que yo no deje algo en oculto esta vez,
Pues no es una entrevista para buscar aprobación.
Es una cita preparada a la que acudo con emoción,
¡Me estabas esperando! ¡Oh mi Dios amado!
 
 
 Tu hija, tu sierva está aquí sin doblez,
No permitas que me vaya sin haberte escuchado.
Susurra a mis oídos, hazme tus palabras entender.
 Porque necesito tu presencia igual que ayer,
 Has que te busque cada día y permanezca a tu lado.”
    •  
    •  

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Cómo Vencer El Temor

Lo Invisible de Dios

Desde lo Alto

¿ERES O NO ERES?

EL HORNO DE LA AFLICCIÓN

NO SERÁS AVERGONZADO

DE NOCHE Y DE DÍA

¿FE O JUSTICIA?

NO TEMAS...

¡DE TODO CORAZÓN!