Pleno gozo


¿NECESITAS GOZO?
Gócense y alégrense en ti todos los que te buscan, y digan siempre los que aman tu salvación: Engrandecido sea Dios. (Salmos 70:4)
Hay una clara evidencia de que hemos estado en la presencia de Dios, y esa evidencia es El gozo.

No habrá tristeza, no habrá depresión que se sostenga ante la presencia del Señor.  Este es el mejor antídoto para combatir la tristeza que abruma a un mundo plagado de maldad.

El maligno combate arreciando cada día para robar el gozo de nuestras almas, mas Dios con su amor se ha propuesto redimirnos si le buscamos sinceramente.

Es  pues, el gozo, una promesa sin excepción para todos los que buscan a Dios.
Dios quiere así mismo que estemos cerca de Él para que vivamos libres de tristeza.

¿Qué Padre no quiere ver a sus hijos gozosos?

¡Definitivamente no hay alguien más que pueda proporcionarnos el verdadero gozo!

El Señor Jesucristo dijo al respecto en Juan 16:22
“También vosotros ahora tenéis tristeza; pero os volveré a ver, y se gozará vuestro corazón, y nadie os quitará vuestro gozo.”

Esas fueron palabas dichas a sus discípulos antes de su muerte. Por eso después de su resurrección se presentó vivo con muchas pruebas indubitables. (Hechos 1:3)
¡No había duda!  ¡Era el Señor!

¿Entonces, por qué estar otra vez en profunda tristeza cuando tenemos a un Cristo vivo con nosotros?

El gozo que da el Señor es un gozo permanente que nadie puede quitar; mas el gozo y la alegría, que se producen a través del mundo, son solamente temporales y pasajeros.

Queda establecido entonces, que si hay una alegría que es ofrecida por el mundo, el mismo mundo la puede quitar. Pero la alegría del Señor es gozo pleno para toda la eternidad.

De igual manera como los discípulos al ver a Jesús le adoraron y recibieron la promesa de su permanente presencia, seamos nosotros de ese grupo que creyeron y no de los que dudaron. (Mateo 28: 16-20)
 
Quiera el Señor afirmar mi corazón en su presencia,
Para vivir la experiencia del gozo en plenitud.
Él quiere que le entregue mi amor por siempre,
Y que cada día le busque más intensamente,
Proclamando su salvación como mi mayor virtud.

 
Más le amaré admirando su exuberante belleza,
Cada día me enamoraré más de mi Salvador.
Tendré esta libertad de proclamar su grandeza,
Y le buscaré para ser llena de su perfecto amor.
 
Tú por gracia me has sacado de la angustia,
Me has sanado en medio del dolor y  la tristeza.
Ahora como testimonio anunciaré a los que te buscan,
Que tú por misericordia nos rescatas y haces proezas.
 
Anunciaré que eres un Dios tierno, dulce y admirable,
Que has derramado de tu amor, de tu gracia inmensurable.
¡Engrandecido sea Dios quien nos regala el pleno gozo!
Sacándonos de las profundidades y del lodo cenagoso.

 

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