¡OTRA VEZ!
¡OTRA VEZ! Porque ¿Quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. (1 Corintios 2:11) Una vez más llego delante de Dios abriendo mi corazón, anhelando su presencia. Mi espíritu conoce lo que hay y sucede dentro de mí, así como el Espíritu conoce y escudriña lo profundo de Dios. Entonces, ¿Cómo no venir ante él confiadamente, si él todo lo sabe? ¿Si él todo lo entiende? Tú habitas en lo más profundo de mi ser, Allí donde nadie ni nada podría llegar. Habitas donde otros no pueden ver, ¿Y quién tendría la capacidad de mirar? Porque ¿Quién sabe las cosas del ser humano? ¿Sino el espíritu que habita dentro de su ser? Por lo tanto Señor ante ti mi alma derramo, Mi oración y mis lágrimas caen en tus manos, Hablando contigo imposible poderlas contener. Necesito tu Espíritu Santo como consolador, Que instruya mi mente y mis ...