Fortaleza
¡NECESITO AYUDA! En mi angustia clamé al SENOR, y Él me respondió. (Salmos 120:1) Señor, a ti clamo desde lo más profundo de mi ser. Clamo pidiendo tu ayuda. Tú lo entiendes muy bien, porque tú clamaste al Padre cuando te encontrabas en angustia. ¡Ven pronto por favor, que estoy en agonía y grande aflicción! Solo tú comprendes las batallas espirituales que he tenido que librar. Así como le revelaste al rey David tu agonía cuando dijeras “No te alejes de mí, porque la angustia está cerca; porque no hay quién ayude.” (Salmos 22:11-14) A mí, con tu gran poder Oh Dios, puedes dotarme de discernimiento y sabiduría para enfrentar esta batalla y salir vencedora. Pues, yo no podría entenderlo con la mente natural. ¡No! Es necesario oír y creer lo que tú dices acerca de las batallas que libramos a diario. De esta manera comprobamos que no son seres visibles los que nos atacan; si fueran visibles ya habrían sido exterminados con las armas de guerra tan pod...