Paz

EN SU PRESENCIA

 

Y vendrán con gritos de gozo en lo alto de Sion, y correrán al bien de Jehová, al pan, al vino, al aceite, y al ganado de las ovejas y de las vacas; y su alma será como huerto de riego, y nunca más tendrán dolor. (Jeremías 31:12)

Cuando nos presentemos ante Dios hagámoslo con tal alegría que alcemos la voz para alabarle. Cuando lleguemos ante su presencia que sea buscando su bien y no pensando que vamos a recibir reproche o castigo.

Si nuestro corazón está motivado con la palabra declarada en Jeremías 29:11, sabiendo que de Dios solamente recibimos el bien y no el mal, nuestro corazón estará feliz en su presencia; porque en su presencia hay plenitud de gozo, delicias a su diestra para siempre. (Sal 16:11)

La presencia del Señor refresca nuestra alma sedienta. Nos mantiene vigorosos y fuertes dando frutos en el tiempo correcto.

En la presencia del Señor no podremos marchitarnos sino que nos mantendremos joviales y radiantes. Creceremos y seremos útiles a otros.

Cuando es saciada nuestra alma, el dolor huye y toma lugar el gozo eterno del Señor.

Que sea saciada mi alma en tu dulce presencia,
amado Salvador, tú eres mi mejor compañía.
Déjame sentir tus caricias de manos tiernas,
Dame de tu pan y de tu vino todo el día.

Que de noche seas tú mi meditación,
Influye en mis más íntimos pensamientos.
Que pueda yo gritar en las alturas de Sion,
!Gloria a Dios!...!Gloria al Padre Eterno!