Paz
ESPERAR
EN DIOS
En Dios
solamente está acallada mi alma; de él viene mi salvación (Salmos 62:1)
Cuando esperamos en Dios estamos tranquilos. Se va la
confusión y la ansiedad, porque estamos confiando en el único que nos da la paz.
Si esperamos con tranquilidad ciertamente él no se tardará en respondernos. “Pues Dios no es Dios de confusión, sino de paz. Como en todas las iglesias de los
santos”
(1. Corintios 14:33)
Confiemos en las palabras dichas por el Señor Jesús a
sus discípulos en Juan 14:27 “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la
da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”
Alguien que confía en la provisión del Señor, está
esperando en silencio pacientemente sin alterarse, y aunque sea asaltado por
las dudas o la preocupación, no será atemorizado pues Dios es su salvador. Él sabe
de qué cosa tenemos necesidad antes de que se la pidamos.
Mientras mi alma espera en silencio mi carne quiere
gritar para llevarme al desespero. Pero en medio de todo, yo decido escuchar la
voz del Señor que me dice:
“Estad quietos, y conoced que yo soy Dios…” (Salmos 46:10ª)
Estaré quieta y en confianza para ser
fortalecida,
no me dejes infundir
temor por nada ¡oh mi Señor!
Que cuando ruja la
tempestad yo me sienta protegida,
y nada mueva mi fe pues tú eres mi
salvador.
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