Confianza

 

MI BOCA ES TUYA

 

  Ahora pues, ve, y yo estaré con tu boca, y te ensenaré lo que hayas de hablar.      (Éxodo 4:12)

 

Cuando Dios nos envía a hablar, él asegura darnos las palabras justo en el momento de abrir nuestra boca. Él nos envía ¡AHORA! Y no hay razones para posponerlo.

Debemos actuar confiando en su fidelidad pues él ha prometido estar con nosotros.

¿Por qué nos preocupamos por lo que hemos decir?

¡Nosotros mismos no lo sabemos! más tenemos la garantía que si vamos y hablamos Dios no nos dejará avergonzados.

El enemigo siembra temor para que se desobedezca a Dios y no se le dé la gloria. Pero seamos obedientes agradando a quien nos ha llamado para cumplir su propósito.

Y… ¿Cuál es el propósito de Dios?

“Que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento” (2 Pedro 3:9)

Aquí vemos la justicia de Dios revelada cuando dice:

“Ve y estaré con tu boca cuando hables”

Si Dios nos envía él nos equipa, nos dará los recursos para cumplir la misión y estará con nosotros cuando obedezcamos.

He aquí el punto clave: “Te ensenaré lo que hayas de hablar”

 Que sea yo enseñada por ti,

para hablar al mundo tu Palabra de Vida.

Que no haya excusas para no cumplir,

sino que vaya y hable a las almas perdidas.

 

Cuando en nosotros mismos queremos confiar,

 no nos atrevemos con libertad a hablar.

Pero si tan solo nos disponemos,

 la palabra de Dios estará en nuestra boca.

Pues no somos nosotros quienes lo hacemos,

 sino Dios mismo quien su Palabra coloca.

 

Rindo mi vida a ti Señor,

para hablar según tu voluntad.

Que no haya dudas ni temor,

de que tú me vas  va a respaldar.

 

Te pido perdón por no haber hablado,

impidiendo que otros sean transformados.

Gracias por darme la oportunidad,

de hablar al mundo de tu Verdad.