Liberación
LIBRADOS DE LA ANGUSTIA
E Invócame en el día de la angustia; te libraré, y tú me honrarás. (Salmos 50:15)
E Invócame en el día de la angustia; te libraré, y tú me honrarás. (Salmos 50:15)
Cuando estemos en angustia, a Dios debemos invocar pues solo él nos librará. Si acudimos al
hombre no tendremos ninguna garantía. Nuestro socorro viene es del Señor quien hizo los cielos y la tierra.
Él tiene todo poder para hacernos libres.
Hay una infalible promesa de parte de Dios y es que si
lo invocamos él nos librará.
¿Por qué hemos de acudir a los hombres antes que a
Dios?
¿En quién está puesta nuestra confianza?
Si Dios nos dice que le invoquemos es en virtud de ser
la única manera de obtener la
liberación. Si hubiera otra solución más eficaz también nos lo diría.
Ahora bien, después de haber sido liberados, Dios
espera que le demos toda la gloria, por
cuanto ningún hombre puede hacernos libres de la angustia.
Dios se compromete a librarnos de la angustia y
nosotros debemos comprometernos a honrarlo con gratitud y fidelidad.
¿Qué espera Dios de mí?
Él no me pide que haga algo sin haber recibido lo que
me motiva a cumplirle. Este es el Dios de amor. El único Dios fiel y justo.
veo
cumplida la justicia de Dios.
Démosle toda
la honra, la gloria y el honor,
Que todos
te alaben ¡Oh maravilloso Señor!
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