Santidad


 UN CORAZÓN CIRCUNCIDADO

Resultado de imagen para un corazón circuncidado por la mano de Dios 

El SEÑOR tu Dios circuncidará tu corazón, y el corazón de tus descendientes, para que ames al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, a fin de que vivas. (Deuteronomio 30:6) RVA 2015
La manera correcta en que podemos amar a Dios es cuando el corazón ha sido circuncidado, es decir, cuando está libre de iniquidad, de pecado y de maldad.

Quien hace esta “operación quirúrgica” quiere recibir nuestro amor limpio y puro.

El amor que Dios quiere recibir es el que ha sido descontaminado de adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes. (Gálatas 5:19-21)
El amor de Dios  proporciona vida al corazón. Es justamente por esta razón que la circuncisión es realizada en el corazón y no en otro lugar. Allí es donde Dios quita lo carnal (el pecado) para llevarnos a vivir una vida en el Espíritu.
De manera que… “Si vivimos conforme a la carne, moriremos; mas si por el Espíritu hacemos morir las obras de la carne, Viviremos.” (Romanos 8:13)
Solo el amor de Dios por medio del Espíritu Santo hace esta operación sanadora. Su amor remueve y quita las obras de la carne para que viviendo por el Espíritu podamos amarlo intensamente.

El amor de Dios nos cambia. SÍ, nos cambia, nos renueva y nos hace diferentes, tanto a nosotros como a nuestros descendientes.
 
Sea Dios actuando en mí con su amor,
Y renovando la mente de mi descendencia.
Para que le amemos con todo el corazón,
Con toda el alma y con todas las fuerzas.


Que ya no vivamos conforme a la carne,
Sino conforme al Espíritu de Dios que es santo.
Pues siendo purificados queremos alabarle,
Siendo circuncidados vendremos a adorarle,
Apartados del pecado que Dios aborrece tanto.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Cómo Vencer El Temor

Lo Invisible de Dios

Desde lo Alto

¿ERES O NO ERES?

EL HORNO DE LA AFLICCIÓN

NO SERÁS AVERGONZADO

DE NOCHE Y DE DÍA

¿FE O JUSTICIA?

NO TEMAS...

¡DE TODO CORAZÓN!