Salvación
Y
José dijo a sus hermanos: Yo voy a morir; mas Dios ciertamente os visitará, y os
hará subir de esta tierra a la tierra que juró a Abraham, a Isaac y a Jacob. (Génesis
50:24)
En algo muy interesante quiero que reflexionemos
HOY:
“No nos quedaremos en Egipto (esta tierra), sino que entraremos a la nueva Jerusalén (El
cielo.)”
Esta es una promesa la cual debe ser declarada a nuestra
familia. A ellos debe ser anunciado el plan de Salvación.
Aunque nosotros, los hijos de Dios muramos, sus promesas siguen vigentes.
Nuestra tarea es creerle a Dios y hablarle a nuestra familia de la promesa de Salvación para que
ellos obtengan la misma esperanza en el Señor.
Me apoyo en la siguiente Palabra:
“Cree
en el Señor Jesucristo, y serás salvo tú y tu casa”
(Hechos 16:31)
Tenemos la gran esperanza de subir a la Casa que Dios
nos ha preparado. No nos quedaremos en esta tierra que será consumida por el
fuego. Estamos aquí solo de paso como peregrinos; pues nuestra ciudadanía está
en los cielos, de donde el Señor Jesucristo vendrá a buscar a su iglesia.
Después iremos a ir a vivir con Él por toda la eternidad y también nuestra familia:
Después iremos a ir a vivir con Él por toda la eternidad y también nuestra familia:
Hijos, padres, hermanos, y mil generaciones de nietos
y biznietos. Todos los que aman su Santo Nombre, como es la voluntad del Señor.
Tal como DIOS lo ha declarado, ¡Así se hará!
Yo creo a la promesa de
Salvación,
Que Dios a mí y a mi
casa ha declarado.
Por ella vivo en
esta tierra de peregrinación,
Hasta subir a
la morada que Él ha preparado.
Yo no me quedaré en
tierra extranjera,
Sino que subiré a mi
verdadera morada.
Allá también irá a
vivir mi parentela,
A nuestra Bella Mansión
Sagrada.
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