El corazón
¿CUÁL
ES TU PRIORIDAD?
Porque
de los presos también os compadecisteis, y el despojo de vuestros bienes sufristeis
con gozo, sabiendo que tenéis en vosotros una mejor y perdurable herencia en
los cielos. (Hebreos 10:34)
Si nuestra esperanza estuviera enfocada mayormente en
lo celestial, el carecer de las cosas materiales no sería motivo de desespero, pues cuando pasamos por esta circunstancia, nos acercamos un paso más a lo espiritual como un escalón
de ascenso hacia lo divino.Menos de la tierra = Más del cielo
Si procuramos las cosas de arriba donde está Cristo
sentado, debemos por lo tanto poner también nuestro corazón y nuestra mirada, haciendo de
Él nuestra prioridad.
El Señor nos dice en Juan 6:27
“Trabajad,
no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la
cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre.”
Recordemos además que...
"Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación." (Santiago 1:17)
Revisemos entonces nuestro corazón y permitamos a Dios hacer
los ajustes. Examinemos cuáles son nuestras prioridades y encaminémonos hacia
la senda que el Señor nos ha trazado.Recordemos además que...
"Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación." (Santiago 1:17)
Solamente con los ojos puestos en Jesús tendremos
completo gozo. El enfocar la mirada solo en lo terrenal nos trae dolores y
fracasos.
Permitamos que nuestro entendimiento sea alumbrado con
una revelación celestial y desde allá recibiremos la herencia, una herencia perdurable.(Mateo 6:19-21)
Allá
debe estar mi mirada y mi corazón.
¡No
te aflijas alma mía, alégrate en tu Señor!
Gózate
en las promesas del Dios admirable
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