Guía divina

 ¡GUÍAME SEÑOR!



Porque este Dios es Dios nuestro eternamente y para siempre; él nos guiará aún más allá de la muerte. (Salmos 48:14)

Cuando decimos que Dios es nuestro Dios, cuando lo confesamos con convicción, Él se compromete a darnos su guía. No podemos ignorar a Dios y esperar recibir la dirección que solamente da a los suyos.

Cuando decimos: “Este Dios” afirmamos que Él es suficiente. Que lo sabe todo. Él conoce nuestro camino y es poderoso para guiarnos en todo tiempo.

Todos pueden fallar sin excepción. Pero solamente Dios nos encamina por sendas de justicia por amor de su Nombre. Sí, su guía es por siempre y para siempre. Él está presente en cada circunstancia para guiarnos. Para que evitemos los errores que nos desvían de su voluntad.

¿Cuán importante es la guía de Dios?

¡Tanto que la necesitamos hoy y siempre!

!Tanto que necesitamos vivir bajo su dependencia todo el tiempo!

Aquí en la tierra y más allá de la muerte siempre necesitaremos ser guiados por Dios.

Rechazar la guía de Dios es un principio de rebelión que nos incita a vivir independientes de Él. Es no querer someterse a su señorío.

 Guíame oh Señor en la tierra cada día,

Porque más allá de la muerte te voy a necesitar,

Me es difícil caminar independiente de tu guía,

No permitas que yo ande en mi propia voluntad.

Porque la tuya es buena agradable y perfecta,

Que me protege de sombras de oscuridad.

Escucha oh Dios, mi súplica acepta,

¡Ven, te necesito por toda la eternidad!