la gloria de Dios
LUZ DE ESPERANZA
Porque
Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que
resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la
gloria de Dios en la faz de Jesucristo. (2 Corintios 4:6)
Porque Dios con autoridad ordenó que la luz
resplandeciese en medio de las tinieblas, así mismo actúa con poder iluminando
los corazones cargados de pecado, para que se abran a la luz del conocimiento de
su palabra y sean limpiados.
Las tinieblas (pecado) desaparecen a medida que le
permitimos la entrada a la luz de Dios. Esa luz está representada en su
palabra, y esa palabra es CRISTO.
Digo pues, en la medida en que recibimos el
conocimiento de la palabra de Dios, la gloria del Señor Jesucristo será
revelada en nuestros corazones.
Y ¿para qué queremos la gloria de Dios?
Esta es una petición que se hace a menudo:
¡”Señor, queremos tu gloria”! ¡”Desciende con tu gloria”!
¡”Que se manifieste tu gloria”!
¿Y que nos está queriendo Dios decir en este texto en
particular?
¿No es precisamente que está requiriendo de nuestros corazones
para hacer residencia con su gloria?
La gloria de Dios, la podemos recibir, si permitimos que
nuestras vidas sean sensibles a la revelación del conocimiento de su palabra viva. Esta gloria deja brillar su luz y nos convierte a nosotros en recipientes que exaltan la excelencia de su poder. (2 Corintios 4:7)
Ilumina nuestros corazones
con tu luz,
Para que las tinieblas
si quisieran entrar,
Ninguna comunión ellas
puedan hallar,
Quiero ser iluminada
con tu luz admirable.
Que pueda en tu
presencia estar rendida,
Y fluya tu palabra como
rio incontrolable.
Y se ilumine con tu gloria
todo mi corazón.
Que no haya oscuridad en
algún aposento,
No permitas el pecado escondido por favor!
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