Amor verdadero
¡PAPITO MÍO!
Hijitos míos, no amemos
de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad. (1
Juan 3:18)
Dios, una vez más, nos está hablando desde la posición
de Padre. No lo está haciendo como juez, como Señor, o como Rey.
Cuando un padre le habla a sus hijos usando la
expresión “hijitos” demuestra
ternura, y lo que espera a cambio es obediencia inmediata.
¿Cómo no conquistar nuestros corazones si
nos habla de tal manera?
¡Esto es un asunto de amor!
Notemos bien que el Señor nos hace una petición donde
él se incluye diciendo: “no amemos de palabra ni de lengua…”
Al hablar en plural es como decir: “yo
lo hago, háganlo ustedes también. Sigan mi ejemplo.”
De tal manera que primero nos habla de cómo él ha
dado a conocer su amor: poniendo su vida por nosotros. (1 Juan 3:16) y después nos hace una justa petición.
En consecuencia; después de haber creído en el
sacrificio de Jesús y habiendo conocido su amor, tengamos gratitud haciendo el bien a todos,
mayormente a los de la familia de la fe.
(Gálatas 6:9-10)
Te llamamos Papi porque nos
llamas hijitos,
Y cuando clamamos decimos
“Abba, Padre”
También fue la oración del Señor
Jesucristo,
Orando en el Getsemaní con sudor
y sangre.
Es como acercarme muy próximo a tu corazón,
Al llamarte de esta manera tan dulce
y tierna.
Cierto que tú eres mi Rey, mi
Salvador y Señor,
Pero como Padre me haces sentir más pequeña.
Es por el amor que me has transmitido,
Con el cual puedo hacer el bien a
todos.
Tú lo has hecho Señor a tus enemigos,
Esto me invita a vivir del mismo
modo.
No es un consejo o una recomendación,
Es una orden para cumplir sin condición.
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