Consuelo
¿ESTÁS
EN AFLICCIÓN?
Quien ha estado afligido, hoy
puede compartir su experiencia como un hecho que ya pasó.
¿Por qué?
Porque no se quedó en ese
estado para siempre. Hubo alguien que le tendió la mano y lo levantó
¿Quién no ha experimentado la
aflicción?
Pues…. Podríamos decir que todos la hemos vivido por una u otra
razón. Hemos sentido que se nos parte el alma. Y lo peor es que mientras
pasamos por ese momento, el tiempo nos parece una eternidad. Cuando estamos
afligidos hay quebrantamiento. ¡Hay un
profundo dolor que nos baja al piso!
Pero, ¿Sabes? ¡Esto
es solo un momento! La aflicción es una
leve tribulación momentánea.
¿Puedes imaginarte lo que
sienten aquellas personas que perdieron su alma?
¿Qué por rechazar el amor y
el consuelo de Dios ahora mismo están sufriendo el más horrible tormento? ¡Y allí es por toda la eternidad!
Esto no es una fantasía ni
ciencia ficción, es tan real como real es el dolor.
Pero… ¿Por qué permanecer en
aflicción cuando Dios promete salvarnos?
¡Y cuando DIOS promete Él
cumple! Yo lo he comprobado. Hay millones de personas que también podrían
testificar juntamente conmigo porque han pasado por la aflicción y han sido
liberadas.
¿Quieres tú también recibir liberación?
Acepta entonces la salvación
que el Señor Jesucristo te ofrece. Solo debes humillar tu corazón y reconocer que lo
necesitas.
Hay un contraste entre estas dos
palabras del versículo: Salvación - Humillación.
1. La Salvación: La reciben
quienes están en aflicción, pues, aquellos que están afligidos
tienen un corazón quebrantado por el dolor, y es cuando el Señor está más cerca.
¿Comprendes por qué algunas
veces es necesario pasar por aflicciones?
¡Correcto! ¡Es para recibir
salvación! Porque generalmente es en la única manera que reconocemos
nuestra debilidad humana y la urgente necesidad de Dios.
Miremos esta promesa para los que están en aflicción:
Porque así dijo el Alto y Sublime, el que
habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la
santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el
espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados.
(Isaías 57:15)
2. La humillación: El versículo que hemos citado al inicio, hace referencia a ese tipo de
humillación que recibiríamos si somos altivos. Debemos recordar que al altivo
Dios los mira de lejos. Con ellos no tiene comunión.
Porque el Señor es excelso, y atiende al humilde; pero
al altivo mira de lejos. (Salmos 138:6)
al altivo mira de lejos. (Salmos 138:6)
Es además la
altivez lo primero que Dios aborrece. Observémoslo en el siguiente texto:
16 Hay seis, y hasta siete cosas
que el Señor detesta con toda el alma:
17 Los ojos altivos, la lengua mentirosa,
las manos que derraman sangre inocente,
18 la mente que maquina planes inicuos,
los pies que se apresuran a hacer el mal,
19 el testigo falso que propaga mentiras,
y el que siembra discordia entre hermanos.
que el Señor detesta con toda el alma:
17 Los ojos altivos, la lengua mentirosa,
las manos que derraman sangre inocente,
18 la mente que maquina planes inicuos,
los pies que se apresuran a hacer el mal,
19 el testigo falso que propaga mentiras,
y el que siembra discordia entre hermanos.
(Proverbios 6:16-19)
¿Quieres venir a los brazos del
Padre celestial?
¿El que te hace la
invitación para sanarte?
Acude a Él. Es el único que
te puede liberar,
Y ha estado esperando por ti
para salvarte.
Esta es la mejor decisión
que podrías hacer,
Entregar a Cristo tu corazón
y toda tu vida.
Dios es el único que puede
sanar toda herida,
Es la respuesta al problema
que puedas tener.
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