Victoria


CUANDO LLEGA LA NOCHE




Al tiempo de la tarde, he aquí la turbación, pero antes de la mañana el enemigo ya no existe. Esta es la parte de los que nos aplastan, y la suerte de los que nos saquean. (Isaías 17:14)

Cada día en su devenir trae consigo múltiples sinsabores. Mientras van transcurriendo las horas éstos se tornan cada vez más intensos.

Cada día va acompañado de retos, luchas y algunas veces de lágrimas. Cualquiera que sea la difícil situación que estemos viviendo; ya sea laboral, financiera, conyugal, o de otra índole, no deja de alcanzarnos el agotamiento.

Iniciamos el ciclo muy temprano de cara a Dios, dejándonos abrigar bajo sus alas. Pedimos protección y guía en nuestro caminar, Pero… “al tiempo de la tarde, he aquí la turbación.”
Nuestras armas han sufrido desgaste en la batalla y ahora es el momento de que Dios intervenga una vez más porque lo necesitamos con urgencia.

 Cuando llega la noche nuestras fuerzas se han agotado,
Pero las de Dios permanecen aún intactas.
Cuando llega la noche el enemigo nos ha asechado,
Tratando de herirnos para quitarnos las armas.

¿Qué sucede en la noche cuando yo descanso?

¿Mientras estoy en mi lecho en profundo sueño?

El enemigo sigue rugiendo y sigue buscando,

Para arrebatarme de mi Señor y Dueño.

Se libra un gran combate a mi favor,

Porque obtengo la victoria con Cristo el Vencedor.

Permíteme ahora preguntarte a ti mi estimando amigo: ¿Cuál es tu noche?
Todos vivimos "nuestras noches" tiempos en que no vemos nada. Es como si estuviéramos dormidos. La situación es oscura y sin salida. Nos sentimos encerrados mientras esperamos respuestas que tardan en llegar.

¿Qué está sucediendo?

¿Por qué se prolongan las horas y no vemos el amanecer?

¡No desesperemos! Aguardemos un poco manteniendo la esperanza en esta promesa:

“Antes de la mañana el enemigo ya no existe”

 Yo esperaré mi mañana,

La luz del sol me lo anuncia.

Antes que se eleve tras las montañas,

Ya he sido advertida en mi corazón.

He recibido la Palabra de mi Señor,

Que me alienta siendo aún muy oscuro.

Así podré soportar los momentos de dolor,

Porque ciertamente con Dios todo es seguro.


Es en la fidelidad de nuestro Creador,

Que descansa esta firme promesa.

Por lo tanto Él no nos va a fallar,

Ciertamente nos dará consolación.

Sea alentada nuestra alma para esperar,

El enemigo debe huir, no tiene otra opción,

Antes que la luz de la mañana aparezca.

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