Paz


¡MUCHA PAZ!
Mucha paz tienen los que aman tu ley, y no  hay para ellos tropiezo. (Salmos 119:165)

Existe una unión muy estrecha entre la paz y el amor. Pero no me refiero a la paz como un tratado político o comercial; estoy hablando de la paz que solo Dios puede dar. Ésta es la paz que todo ser humano necesita y puede  hallar.
Esta paz la podemos disfrutar abundantemente en la medida en que amemos la Palabra de Dios; amándola, se convertirá en el más rico alimento y será una constante en nuestra meditación. Será el centro de nuestras conversaciones y nos otorgará el derecho de decir: ¡Tengo paz!

 
La paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento,
 
Sea guardando nuestra mente y nuestro corazón.
 
Que quiera nuestra alma atesorar sus mandamientos,
 
Para disfrutar plácidamente de tan precioso galardón.

 
Dios promete darnos su paz de manera abundante,
La paz suficiente que necesitamos para estar en calma.
Que cuando la turbulencia sea en gran medida abrumante,
El amor de Dios se hará manifiesto para sosegar el alma.

 
Quiero entonces que mi alma esté ligada a ti,
Y con todo mi corazón y mis fuerzas yo te ame.
Pues es la única manera en que yo podría vivir,
Y podría disfrutar la vida sin tropezarme.
¡Sea tu ley Oh Señor un cántico para mí!
Que me permita cada día regocijarme.

 

 

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Cómo Vencer El Temor

Lo Invisible de Dios

Desde lo Alto

¿ERES O NO ERES?

EL HORNO DE LA AFLICCIÓN

NO SERÁS AVERGONZADO

DE NOCHE Y DE DÍA

¿FE O JUSTICIA?

NO TEMAS...

¡DE TODO CORAZÓN!