Libertad


CUERDAS DE AMOR



Con cuerdas humanas los atraje, con cuerdas de amor; y fui para ellos como los que alzan el yugo de sobre su cerviz, y puse delante de ellos la comida.
(Oseas 11:4)

El uso más común que los hombres le dan a una cuerda es para sujetar, para atar o aprisionar; y muchas veces les es necesario usarla como el mejor recurso. A Dios también le fue necesario usar cuerdas para atraernos hacia Él. Pero clarifica diciendo qué tipo de cuerdas: Cuerdas de amor

Sea “la cuerda del dolor”, “la cuerda del sufrimiento”, “del abandono”, “del rechazo”, “de la pobreza”, “de la enfermedad”, u otra situación semejante, Dios sigue usando esas cuerdas para atraer hacia Él al hombre pecador.

¡OH BENDITA CONTRADICCIÓN!
Los hombres usan cuerdas para atar,
Pero Dios las usa para libertar.

Toda situación que haya sido usada para que mi vida estuviese cerca de Dios, ha sido un gesto de compasión y misericordia de parte de Él.
Cuando alejados estábamos de Dios, fuimos atraídos para luego disfrutar de las grosuras de su mesa.

“Y puse delante de ellos la comida” Esta es una señal evidente de que conservamos la libertad.
La comida es puesta delante de nosotros, y somos nosotros quienes decidimos comerla o rechazarla.

¡Mejor me sería tomarla de prisa y con gratitud, pues mi vida ha pasado por tal aridez que ya no me quedan nutrientes!

¡Así que ahora es el momento justo para recibir el manjar que Dios con amor me ofrece!

 Hoy yo decido comer para vivir eternamente,
Como y bebo lo que Dios me ofrece con amor.
No lo haré forzada, lo haré voluntariamente,
Es mi mejor oportunidad me lo dice el Señor.
Si para mí tuvo que usar las cuerdas del dolor,
Es porque era el mejor recurso definitivamente.

Habiendo podido otra circunstancia usar,
Estoy segura que Dios lo habría querido,
Pero fui obstinada y renuente para aceptar,
En las muchas veces que había intervenido.

Usó cuerdas de dolor para atraerme hacia Él,
Y fue quitado el yugo que me aprisionaba.
¡Oh bendito redentor ahora contigo puedo tener!
¡En gran abundancia lo que antes me faltaba!

Me faltaba tu amor, me faltaba tu presencia,
Era árida mi vida, de todo  tenía carencia.
No tenía una mesa para sentarme a comer,
Hoy son ríos de agua viva que me das a beber.

Me sustentas cada día con un rico manjar,
Me invitas a tu mesa y me deja participar.
Por haberme atraído con cuerdas de amor,
En gratitud te rindo mi vida. Úsala Señor.


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