Abre tu corazón
JESÚS
ESTÁ LLAMANDO
He
aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré
a él, y cenaré con él, y él conmigo. (Apocalipsis 3:20)
Indudablemente
necesitamos aplicar este versículo a nuestras vidas, pues, podríamos ser
semejantes a la iglesia de Laodicea
en quien había vacilación, orgullo y jactancia; Pobreza, ceguera espiritual y
poca santidad entre otros. Por estas razones se le hace un llamado al
arrepentimiento.
De igual
manera es aplicable a mí en lo personal. Pero si fuesen abiertos mis ojos, ¡Ojalá
fuesen abiertos ahora!
Siendo
iluminado mi corazón con la sabiduría, podría darme cuenta de quién soy
realmente; podría reconocer mis carencias, y la gran necesidad de que Jesús
entre a morar en todas las habitaciones de mi casa.
Dejaría
entrar a Jesús para que escudriñe y tome posesión permanente de quien soy.
Entonces estaré apta para esta cena íntima en comunión.
Si tú me
preguntaras: ¿"quieres lo que te ofrezco"?
¿"Quieres
abrir la puerta"?
Respondería
¡SÍ!... Con lágrimas en mis ojos
mientras suspiro apasionada por tu presencia.
¡Por
favor Señor escúchame!... Algo quiero decirte.
Unge
mis ojos con colirio para poder ver.
Que
sea yo consciente y pueda entender,
Antes
que en tu celo me tengas que castigar.
Hasta
ser despertada de mi letargo.
Si
es necesario háblame alto ¡Muy Alto!
¡Oh
ven Señor Jesús te estoy esperando!
Pero me quieres dispuesta antes de entrar.
Aquí
estoy Señor, comamos juntos,
De
tus delicias yo quiero participar.
Es
en tu presencia donde quiero yo vivir.
Y
si por mis pecados tú te alejares,
Con tristeza en tu corazón para no regresar.
Purifícame
una vez más con tu sangre,
Pues eres mi Salvador y contigo quiero estar.
Que
permanezca abierta y nunca se cerrare,
Pido en oración y ruego a ti ¡Oh Padre!
¡Por
favor Oh Dios escucha mi gemir!
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