Voz de Dios
AQUÍ ESTOY...
Dios, ¡Tú das aviso!
¡Aunque llegues de manera
suave y delicada, nos dejas saber que estás presente!
Primero dices: “Aquí estoy”
¡Sí Señor, gracias por venir!Gracias por estar a la puerta esperando que yo abra. Tú me llamas. Dices mi nombre, y yo debo estar dispuesta a oírte para luego abrir. Por tanto, si yo tuviese un corazón endurecido, ¿Cómo podría oír tu voz?
Señor, Hoy abro mis oídos y
abro mi corazón para oír tu voz.
Abro la puerta de mi corazón. ¡Entra por favor! Cenemos juntos y
hagamos un pacto de amor eterno.
Mis
oídos necesitan oír la voz del amado,
Diciendo
suavemente hija mía quiero entrar.
Se
habían entorpecido, se habían cerrado,
Mas
hoy yo determino su dulce voz escuchar.
Llama a mi puerta por favor cada día,
Porque
tu hija se deleita con esa melodía.
Estoy
anhelante de escuchar tu dulce voz,
Ven
amado mío, ¡No te tardes por favor!
No
quiero confundirme con extrañas voces.
Al
oírte cada día mi espíritu ha de despertar,
Y
te diré amado mío, ven conmigo a cenar,
Ven
amado mío porque tú sí me conoces.
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