Entendimiento
TRANSFORMACIÓN
No
os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de
vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios
agradable y perfecta. (Romanos 12:2)
Entendiendo que conformarse es amoldarse. Es ajustarse
a una forma o a un molde. Es ser conforme a un sistema preestablecido, el Señor
nos habla acerca de ello diciendo: “No os
conforméis a este siglo” sino… ¡TRANSFORMAOS!
¿Qué vemos en este siglo? ¿Qué vemos en este mundo?
Este siglo es un sistema que no le permite al ser
humano renovar su mente. Solo lo convierte en un ser conformista y a la vez en un
esclavo.
Quizás tú podrías decir: ¡"Pero la ciencia ha
aumentado"! "Hay avances tecnológicos". "Hay
nuevos descubrimientos". ¿No nos muestra esto que la mente humana se está renovando?
No definitivamente, No. Esto es considerado como un avance en el conocimiento. Pero no
es un cambio del pensamiento originado en la palabra de Dios.
La mente se renueva en la medida en que se establezca en ella los
principios bíblicos de la sabiduría espiritual, y no en el conocimiento meramente
racional.
Es por eso que el Señor dice: NO al conformismo con el mundo, SÍ a la transformación; porque la transformación se logra es a
través de la renovación de la mente, cuando se centra en su palabra.
Una mente renovada hace a una persona diferente de lo que
antes era: Diferente en el pensar, diferente en el hablar, diferente en el actuar, y diferente
en la toma de sus decisiones. ¡Esto es transformación!
Por tanto, si la transformación se origina en la
mente, es allí donde el enemigo de nuestras almas va a atacar con mayor fuerza
para impedirlo.
Cuando somos transformados, somos aptos para ser testigos
del poder de Dios. También somos aptos para comprobar su buena voluntad,
agradable y perfecta.
Cuando somos transformados, se clarifican las dudas y las
confusiones. Tenemos menos preguntas incoherentes y más respuestas
comprensibles.
Ya hemos oído decir ciento de veces:
¿Por qué Dios permite ésto o aquello?
¿Por qué sucede de ésta u otra manera?
Y muchos más cuestionamientos donde se revela que no
hemos sido transformados. Mientras que si lo fuéramos, tendríamos la garantía
de parte de Dios de comprobar cómo es su voluntad.
¡Déjate
transformar renovando tu mente!
Así
el Espíritu Santo te hable calladamente,
Podrás
percibir su voz dentro de tu corazón.
No
es para comprobar que yo tengo la razón,
Es
para aceptar el diseño de Dios por siempre.
¡NO
al sistema que el mundo ha implantado!
Rechaza
con determinación sus insinuaciones.
Pues
ya sabes que trae consigo implicaciones,
Y
el enemigo trabaja para tenerte esclavizado.
La orden del Señor es: NO a la conformidad,
Oigamos
su voz diciendo SÍ a la transformación.
Si
nuestra mente está dispuesta a la renovación,
Vamos
a comprobar cómo es su divina voluntad.
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