La familia
Todos
los términos de la tierra se acordarán y se volverán al SEÑOR,
y todas las familias de las naciones adorarán delante de ti. (Salmos 22:27)
LBLA
Analizando el alto índice de matrimonios separados y
divorciados hoy en día, principalmente en las culturas americana y en la
europea, hay casos de parejas que conviven bajo el mismo techo y solo
los une “la casa”; con una pared de hielo intermedia que les permite mínimamente tolerarse el uno al otro, ¡Esto solo para citar un ejemplo que evidencia el caos en los matrimonios modernos!
Las parejas perdurables son generalmente personas mayores que han aprendido a soportar
cualquier tipo de situación para mantener viva la relación, y por ningún motivo
ellos hablan de d i v o r c i o.
Esta palabra no cabe en su vocabulario. Ellos fueron formados en otra época, ¡Claro! Quizás escuchaban el
consejo del anciano, atendían la voz de las autoridades, y honraban a sus padres.
La degradación espiritual, moral y social inicia allí
precisamente: EN LA FAMILIA, la cual
por Dios fue constituida, y justo el enemigo nunca estuvo de
acuerdo, ni está de acuerdo, pues él se opone a los designios de Dios. Así que
a todo costo intenta destruirla por medio de artimañas y astucias. Toda esta situación, si es analizada racionalmente, tiene un engranaje lógico dentro de la razón humana. Pero ese engranaje va más allá de lo natural, pues, tiene detrás un personaje que usa los más atroces combates de destrucción. (Juan 10:10) Pero sigamos confiando en el brazo poderoso del Señor que nos sostiene (Isaías 41:10)
Recordemos que cuando se hace un pacto delante de Dios, esto lleva consigo esfuerzo, perseverancia, dedicación, empeño, constancia; y aunque falte TODO, con CRISTO lo Podemos todo. Porque para Él nada es imposible ni difícil. (Jeremías 32:27) (Génesis 18:14) (Lucas 1:37)
Así que continuemos diciendo: “En Dios haremos proezas, y Él aplastará a nuestros enemigos." (Salmos 108:12-13) (Daniel 11:32)
Gracias doy al Señor por tener un propósito en cada
situación, pues todo lo que sucede a los que le aman, redunda para bien. (Romanos 8:28)
Adoremos
su santo Nombre con un corazón rendido.
Familias
que me escuchan, ¡No todo está perdido!
Por
favor retornen a Dios y recobren la esperanza.
Que
Cristo ha pagado el precio por su hogar.
Sea
cancelado el ciclo recurrente de familias separadas,
Y
se renueve el vínculo matrimonial con la paz anhelada.
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