Humildad

APRENDED DE MÍ


Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; 
(Mateo 11:29)
Con frecuencia he considerado, que una de las características sobresalientes de una persona es la humildad. Pero es a la vez una cualidad que solo los demás pueden decir de ella. (Proverbios 27:2)

LA HUMILDAD Según el diccionario de la Real Academia de la lengua, es “La virtud que consiste en el conocimiento de las propias limitaciones y debilidades, y en el obrar de acuerdo con este conocimiento." La humildad También es considerada como Sumisión.


En toda la Biblia, Dios da lecciones de humildad; y en el libro de Proverbios y en los Evangelios especialmente, aprendemos qué es y qué no es la humildad.

La humildad Bíblica no es despreciarnos. No es tener una pobre opinión de sí mismos, o auto afligirnos diciendo: “yo no soy nada, yo no valgo nada.”

La humildad a la cual se refiere la Biblia es señal de madurez espiritual, y en esa medida, decidimos ceder nuestros derechos a otros para el bien del Reino de Dios.

La humildad se refleja en la manera de someternos a TODAS las autoridades, y en los caminos que tomamos para resolver las dificultades.
La humildad bíblica es lo opuesto a la soberbia, a la arrogancia, y a la vanagloria. Todas estas características son “Caras” de un mismo pecado: El orgullo

“Mejor es humillar el espíritu con los humildes, que repartir despojos con los soberbios." (Proverbios 16:19)
“La soberbia del hombre le abate; pero al humilde de espíritu sustenta la honra.” (Proverbios 29:23)

Cuando aprendemos a aplicar el principio de la humildad en todas las situaciones de nuestra vida, los resultados serán evidentes.
Nosotros conocemos por medio de las Sagradas Escrituras, que la humildad fue lo que le permitió a Jesús ser exaltado por el Padre hasta lo sumo, y recibir un Nombre que es sobre todo nombre. (Filipenses 2:5-11)

Cuando estudiamos acerca de la vida del Señor Jesús, nos damos cuenta que él no se llamó a sí mismo Hijo de Dios, aunque sí lo era; sino que prefirió llamarse “el Hijo del Hombre” como una señal de humildad. Tampoco quiso recibir aplausos ni elogios de la gente. Por último, aceptó la cruz que no merecía llevar.
Jesús estuvo dispuesto a hacer la voluntad del Padre. (Marcos 14:36)
Por su humildad, el Señor Jesucristo recibió la gracia de Dios (Lucas 2:40, 52) (Juan 1: 14, 17)
Esta misma gracia es dada a todos los que le obedecen. (Santiago 4:6) (Proverbios 3:34)

 El Señor  dice que nos humillemos y seremos exaltados,
Para que dicha exaltación se de en el tiempo adecuado.
Este es un ejemplo que el Señor Jesús nos ha dado,
Y por su testimonio ¿Cuántos a sus pies no han llegado?

 En Mateo 11:29 la siguiente orden recibimos:
“Aprended de mí y hallaréis descanso para el alma”
Por lo tanto si atendemos su voz y a Él seguimos,
Viviremos en completa paz disfrutando en calma.

 Vivamos en esta tierra con corazones agradecidos,
Pues tenemos un alto honor cuando le servimos a él.
Para que al llegar a su presencia seamos reconocidos,
Y nos diga : "Bien, entra a mi gozo, buen siervo y fiel."

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