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Mostrando las entradas de marzo, 2017

PARA SIEMPRE

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ÉSTO TE PIDO   Dame, hijo mío, tu corazón, y miren tus ojos por mis caminos. (Proverbios 23:26) El único Padre facultado para pedir el corazón a sus hijos es Dios. Y cuando él pide algo, se compromete a dar también. Notemos que Dios dice “Dame”.   No dice “Préstame tu corazón por un cierto tiempo.” ¿Tiene Dios el derecho de pedir el corazón? ¡Claro que sí! Porque cuando hablamos de corazón estamos hablando del espíritu. Y… ¿Quién dio el espíritu al hombre? Pues, sabemos que nuestro cuerpo (polvo) volverá a la tierra, como era, y el espíritu volverá a Dios que lo dio (Eclesiastés 12:7) Dios nos revela que al pedirnos el corazón su intención es salvarnos. Desde el momento en que hace la petición nos llama hijos, apelando a nuestra obediencia. Si obedecemos a su llamado, Él se compromete a darnos a cambio algo de Gran valor, y ese algo es Visión espiritual.   Lo cual evidencia que sin entregar a Dios el corazón, ¡Estamos ciegos! Entregar el corazón a Dios es suficie

"Mi aposento"

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A PUERTA CERRADA Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. (Mateo 6:6) En temas anteriores estuvimos meditando acerca de la oración, y nos detuvimos a analizar algunos aspectos de suma importancia relacionados con la vida de los creyentes. En esta ocasión, tomando como base Mateo 6:6, entraremos a considerar algunas palabras claves. El Señor Jesús nos dice que cuando oremos entremos en nuestro aposento. Yo debo entrar en "mi propio aposento", lo cual no se refiere precisamente a un lugar físico o geográfico, pues la oración es un acto espiritual. Los fariseos amaban el orar en pie en las sinagogas y en las calles, para ser vistos de los hombres; por consiguiente la única recompensa que ellos recibían era ésta: “ser vistos de los hombres.”   Pero Jesús nos dice, a sus discípulos, que entremos en nuestro aposento. Esto indica la necesidad de

DIOS NO ME RESPONDE !

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¿…CÓMO…?   Continuamos estudiando el tema de la oración y hoy nos centraremos en CÓMO DEBEMOS ORAR:   1. OREMOS COMO HIJOS   “Vosotros pues oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.” (Mateo 6:9) Debemos orar con la convicción de que tenemos un Padre en los cielos (Trascendente) y aquí cerca, ¡Muy cerca de nosotros!   (Inmanente) (Isaías 57:15)   2. OREMOS PIDIENDO EL REINO DE DIOS, Y QUE SEA HECHA SU VOUNTAD   “venga tu reino. Hágase tu voluntad como en el cielo, así también en la tierra.” (Mateo 6:10) El Señor Jesús nos dijo que su Reino NO es de este mundo, por lo tanto, debemos orar para que su Reino, Reino de poder sobrenatural, sea establecido aquí en la tierra; especialmente en nuestros corazones. Cuando se establece el Reino de Dios en nuestros corazones, nuestra voluntad queda alineada con la de Él (Colosenses 1:9-10)   3. OREMOS PIDIENDO EL PAN DE CADA DÍA   “El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.”

¡Dios no me escucha!

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¡POR QUÉ! Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. (Mateo 6: 7) Continuando con el tema de la ORACIÓN , veamos algunos aspectos sobresalientes en el Capítulo 6 del libro de Mateo, comenzando con el Versículo 7: Ø DEBEMOS PRECISAR NUESTRA ORACIÓN Una vez definido el motivo de nuestra oración, declarémoslo concretamente… ¡Dios quiere escucharnos! Dios ama la comunicación con sus hijos, y que ellos a su vez se expresen con libertad y confianza. Aquella oración que hacemos en medio del dolor y del quebrantamiento, se convierte en una oración genuina; pues en ella expresamos la situación desde lo más profundo de nuestro ser, sin asumir el papel de intelectuales elocuentes. Es allí cuando revelamos lo que sentimos, tal y como es. De hecho, el corazón más endurecido, cuando es tocado por el poder de Dios, deja de lado los argumentos humanos para decir: ¡Me rindo a ti Oh Dios! “Me descubro tal como soy” “Tú me cono