UNA GRAN NOTICIA!


¡CUÁN GRANDE AMOR!



 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, sino que tenga vida eterna. (Juan 3:16)
Señor, hoy quiero darte las gracias por hablarme a través de tu palabra. Porque me has hablado de tu amor, de ese amor que sobrepasa todo entendimiento.

Porque tú no amas con la razón. Si así fuera, yo no lo hubiera merecido. No lo hubiera merecido hoy y nunca, porque soy pecadora y el pecado me separa de ti. Precisamente por eso me amas, y me lo demuestras en la persona de Jesucristo quien me lleva a ti de retorno, cerca de ti nuevamente.

Entonces...
¡Me amas porque necesito tu amor!

Gracias Señor por la manera que escogiste para llevarme hacia ti: Entregando, sacrificando, DANDO lo mejor.
Yo también debo entregar algo, despojándome de algo valioso de mí misma para hacer felíz a otros. Para hacer felíz a los que amo.

¿Qué debo sacrificar para mostrar que los amo?

Pues el amor no es expresar palabras al azar,
Eso lo confirma Jesús al morir en mi lugar.
Hoy te digo una vez más gracias Señor por amarme,
Gracias por darme vida eterna. Gracias por salvarme.
¡Muchas gracias Padre por tu amor incondicional!

 Tú has demostrado el amor en realidad,
Al sacrificar a tu Hijo en aquella cruz.
Fue un cruento dolor que tuviste que pagar,
Para que hoy yo gozara de vida en plenitud.
 
Y todo aquel que te recibe en su corazón,
Goza de los deleites de una vida nueva.
Siendo Jesucristo nuestro único Salvador,
¿Qué más podemos desear en esta tierra?
 

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