Consagración
¿YO?...
¡ME RINDO!
El
que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la
hallará. (Mateo 10:39)
La consagración a Dios siempre va ligada a la toma de
decisiones de fe. Y el rendir nuestro ser a Dios es un acto voluntario de creer
lo que Dios dice en su palabra.
Por otra parte, es bueno entender que esta rendición duele como quizás ya los has
experimentado.
Lo más glorioso de todo es que, en la medida que nos
vamos rindiendo a Dios, aunque sufrimos, este sufrimiento se convierte en Vida
de Dios y en la muerte de nuestro YO. ¡Así se obtiene la verdadera vida!
¡Es algo muy
interesante!
Porque una vez rendidos obtenemos la verdadera libertad.
Es precisamente lo que dice las Sagradas Escrituras en
Juan 8:32 y 36
“Y
conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.”“Así que si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.”
¡Es admirable lo que Dios hace en nosotros! Este hecho podría ser considerado en la realidad expuesta por el apóstol Pablo en lo tocante a sus vivencias diarias. Sería un buen ejemplo de rendición.
Cabe recalcar que la
Rendición no es un Evento, es un proceso que se logra día
a día con esfuerzo y entrega.
Podríamos
cantar una bella canción de rendición,
Declarando
que Cristo es nuestro único Salvador.
Ven
ante su presencia y acéptalo en tu corazón,
Y
digamos juntamente: “Yo me rindo a ti Señor”
Quise
anteponer mis principios y mi estilo de vida.
Pero
ganó Cristo al encontrarme cansada de caminar,
De
tal manera que HOY me tiene a sus pies rendida.
Porque
el Señor Jesús conoce nuestras debilidades.
¿Por
qué le presentamos tantas y tantas condiciones?
¿Al
único que puede resolver nuestras dificultades?
Dios
nos conoce y escudriña aún lo más profundo,
Nos
conoce desde antes de nuestro nacimiento.
No
hay nada que esté fuera de su conocimiento,
Porque
es el Creador y Dueño de todo el mundo.
No
hay mejor fortuna que conocer al dado de la vida,
Y
obedecer a Dios es el Todo de cada ser humano.
Renunciar
a nuestros placeres dejando que Él decida,
Es
ganar la verdadera vida que solo en Él hallamos.
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