Sanidad para el Alma

¡V E N C E D O R E S ! https://sanidadespiritual.com/ El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles. (Apocalipsis 3:5) Hay grandes privilegios y recompensas que recibimos de Dios para la eternidad. Estas recompensas son para aquellos que se mantienen firmes y constantes perseverando en la fe de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Jesús mismo será el encargado de confesar el nombre de todos los redimidos fieles que no se rinden. ¡Confesará mi nombre! Cuando el Señor dice : “El que venciere “… Se subraya la idea de que para poder vencer primero se debe librar una batalla. Y para poder salir vencedores tenemos que pelearla. ¡Claro está que la batalla debe ser enfrentada con las armas espirituales que Jesucristo nos ha entregado! Leamos el siguiente verso como señal de advertencia: No dejemos las armas en medio del combate,   Para que no s

A CUMPLIR UN COMPROMISO https://sanidadespiritual.com/ Y te desposaré conmigo para siempre; te desposaré conmigo   en justicia, juicio, benignidad y misericordia. Y te desposaré conmigo en fidelidad, y conocerás a Jehová. (Oseas 2: 19-20) El más excelente ejemplo de compromiso y fidelidad a través de todos los tiempos, es el que Dios hace con su pueblo debido a la inmutabilidad de su carácter.  Cuando Dios hace un compromiso lo hace para siempre, porque Él es un Dios de pactos eternos. ¡Dios no hace promesas vanas! En el texto citado, el Señor nos permite ver su fidelidad, su firme determinación. Nos permite ver cómo está dispuesto a soportarnos para cumplir su palabra. No nos pone condiciones sino que hace un compromiso en justicia. La mejor manera de conocer a Dios es haciendo un compromiso con él en la misma medida: sin relativismo . Es rindiendo nuestra voluntad en total confianza para conocerle como un Dios personal. ¡Este es un verdadero pacto! La fid

DIOS HABLA AL CORAZÓN https://sanidadespiritual.com/ Pero he aquí que yo la atraeré y la llevaré al desierto, y hablaré a su corazón. (Oseas 2:14) Miremos en este pasaje de las Sagradas Escrituras, el orden que Dios  eligió para profundizar una íntima comunión con él: Primero , nos conquista Segundo , nos lleva al desierto   Tercero , nos habla al corazón Dios sabe que para poder oír su voz en nuestros corazones, necesitamos estar a solas con él; separados de toda distracción, de todo aquello que nos impida escucharle. Sí , Dios ha usado esta “estrategia” particular de encuentro desde siglos. Justo en el momento que nos dejamos conquistar por Dios, se adquiere el sello de garantía para oír su voz, NO con nuestros oídos SINO, con el corazón. Muchas veces de oídas hemos oído a Dios como le sucedió al patriarca Job. Pero Dios no espera que simplemente le oigamos, sino que seamos hacedores de lo que Él nos habla. Y para poder lograrlo es necesario oírl