En seis tribulaciones te librará, y en
la séptima no te tocará el mal. (Job
5:19)
La protección de Dios se hace cada vez más evidente: Ayer nos liberó de la
tribulación, hoy nos da su cobertura, y mañana nos guardará de todo mal.
Me atrevo a decir, haciendo referencia a aquellos que han puesto su confianza
en el Señor Jesucristo que, Dios está surcando la nación a favor de su
pueblo. Y respecto a aquellos que han decidido darle la espalda, a
ellos sigue buscando insistentemente hasta que se vuelvan de su mal camino y
reciban la misma cobertura. ¡Oh
cuán Grande es el Amor de Dios!
El Señor ha prometido guardar de todo mal a quienes aman su santo nombre. A
quienes determinan refugiarse voluntariamente bajo sus alas. Dios
promete ser para ellos un escondedero seguro y Roca de salvación. Por tanto,
aunque el enemigo venga como torrente impetuoso para destruirlos, el Espíritu
de Dios desplegará bandera de victoria a su favor.
Si nos detenemos a examinar el texto del encabezamiento, podemos comprobar la
continuidad de nuestra liberación, pues, al llegar al número 6 Dios
no detiene su protección, sino que sigue trabajando para mantener la plenitud
de nuestra salvación.
¿Qué nos dice esto?
Que debemos revisar las liberaciones pasadas para
no olvidar la inmutabilidad de Dios. Él nos ha liberado en muchas
ocasiones y lo seguirá haciendo con la misma fuerza poder y autoridad.
Porque… ¡Ante la presencia del
Señor tiembla la tierra!
¡¿Quién podrá estar en pie delante de su
presencia?!
Gloria sea dada a su Santo Nombre por los siglos de los siglos. ¡Aleluya!
Confiemos absolutamente
en el Dios todopoderoso,
Aunque a nuestro rededor
rujan huestes de maldad.
Pues Dios nos defiende de
su furia contra nosotros.
Y el Espíritu Santo
levanta un muro de seguridad.
Siempre estamos
protegidos bajo su manto de amor,
Dios como con un escudo
nos rodeará de su favor.
Y aunque vengan ríos o
soplen vientos en alta mar,
Dios es nuestro refugio y
en Él vamos a confiar.
Somos un pueblo amado por
Jesucristo el Señor,
De Él hemos recibido una
palabra de libertad.
Cantemos nuestro Himno y
alcemos el Tricolor,
Ven y adoremos al que
vive por toda la eternidad.
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