Dos Claves Para Obtener La Sabiduría

DOS CLAVES PARA OBTENER LA SABIDURÍA
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 Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. (Santiago 1:5)
“Si alguno de vosotros”

Es posible que algunos consideren que tienen la sabiduría suficiente, por eso Dios deja la opción para quienes reconocen que les falta. Esta es la Primera Clave para obtener la sabiduría: RECONOCER QUE NOS FALTA.
Si digo: “yo soy sabio”, la Palabra misma lo enseña en el libro de Proverbios.
No seas sabio en tu propia opinión; teme al SEÑOR, y apártate del mal. (Proverbios 3:7)
Declarar que somos sabios no nos hace sabios sino necios. Depender de Dios y buscar la sabiduría en Él, nos hace entendidos.
Pero hay otro tipo de sabiduría la cual es terrenal animal y diabólica. Esta no es pacífica, no es amable, no es  benigna, no es llena de misericordia y de buenos frutos; sino que es llena de incertidumbre e hipocresía, acompañada además de celos amargos y contención en el corazón que conduce a la jactancia. (Santiago 3:15-17)
¿En quién entonces se debe buscar la sabiduría?  
¡Aquí está la respuesta!
Porque Jehová da la sabiduría, y de su boca procede el conocimiento y la inteligencia. (Proverbios 2:6)
La sabiduría es más preciosa que el oro, es más preciosa que la plata y que las piedras preciosas; que para poder ser halladas necesitamos ser conducidos por alguien que conoce el lugar donde ella se encuentra. ¡Es más! necesitamos que sea el dueño mismo quien nos conduzca hacia ese tesoro, pues, solo él tiene el mapa del lugar.
El dueño es el único que puede dar sin limitaciones, es el único que puede dar en abundancia y sin reproche.
Estimado lector, Dios está esperando que tú le PIDAS sabiduría. Ésta es la Segunda Clave para obtenerla.
Ven acepta esta gracia que Cristo te ofrece,
Te ofrece en abundancia sabiduría del cielo.
Pidamos con humidad porque nadie la merece,
Pero si a alguno le falta, de Él la recibiremos.
 
Reconozco Señor que me falta sabiduría,
Por eso acudo a ti, porque tú eres la fuente.
Ya tú me has garantizado que de ti la recibiría,
Gracias Señor por dármela abundantemente.
 
A todo aquel que le falte sabiduría del cielo,
Acérquese confiadamente a la fuente real.
Pídala con humildad de corazón sincero,
Al único que la tiene y que la puede dar.
 
No te conformes con la sabiduría humana,
Porque es terrenal, diabólica y animal.
Busca aquella que puede salvar tu alma,
¡Corre ahora mismo, no la dejes escapar!
 

 

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