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Mostrando las entradas de agosto, 2018

¡NO SON PALABRAS!

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                           https://sanidadespiritual.com/ Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor.  (Juan 15:10) He entendido que el significado más aproximado de  “Guardar los mandamientos de Dios”  es  Obedecer   su Palabra . Es decir, ponerla por obra. Esto indica que no es de mucho valor declarar amor por el Señor, sin tomar acciones que demuestren nuestra total obediencia. Y la obediencia traerá como resultado nuestra permanencia en su amor. Si por obedecer la palabra de Dios somos llenos de su amor, permaneciendo en Él también somos capacitados para soportar, para creer, para perdonar… *Yo no puedo recibir ni dar del amor de Dios sin obedecer su Palabra. * La obediencia a Dios me capacita para amar. Si obedecemos a Dios y su Palabra está en nosotros, seremos testimo...

EL BIEN DEL SEÑOR

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https://sanidadespiritual.com/ Y vendrán con gritos de gozo a lo alto de Sion, y correrán al bien del Señor: al pan, al vino, al aceite, y al ganado de las ovejas y de las vacas; y su alma será como huerto de riego, y nunca más tendrán dolor.  (Jeremías 31:12)

EL HORNO DE LA AFLICCIÓN

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https://sanidadespiritual.com/ He aquí te he purificado, y no como a plata; te he escogido en horno de aflicción.  (Isaías 48:10) Aquí tenemos tres palabras en las cuales podemos fijar nuestra atención porque son centrales:  1-Purificado   2-Escogido   3-Aflicción. Partamos del hecho de que somos hijos de Dios y él nos ha llamado. De que hemos sido escogidos por medio de nuestro Señor Jesucristo para ser  santos y sin mancha . ( Efesios 1:4 ) Esta descripción que hace el apóstol Pablo nos da una buena introducción para el tema de hoy. Aunque tenemos tres palabras claves, por decirlo de alguna manera, la que más resalta entre ellas, según mi óptica, es  la aflicción . Parece que, por ser escogidos, necesitamos inevitablemente la purificación; pero no sin antes pasar por la aflicción.  ¡Oh qué manera singular de Dios tratar con nuestro corazón! El Señor en su soberanía se puede valer de sus re...